lunes, 19 de septiembre de 2011

Churras, merinas, y mareas verdes


(Foto de Tesyfonte, José Miguel Uña)

Cada vez que alguien inicia la dialéctica entre los profes de la concertada y los de la pública me acuerdo de mi amigo Domingo, o de mis amigas Isabel, Mamen, Mila o Anna (iré recordando a más). Por poner tres ejemplos. Es difícil encontrar profesores más dedicados, comprometidos e innovadores que ellos, y eso que trabajan en colegios concertados. Su sueldo es menor, dan más horas de clase cada semana, incluso alguno de ellos trabaja contracorriente en su centro, y pese a todo, su vocación y su calidad humana se mantienen...

No sé si alguna vez han opositado o no, porque no me interesa. Si lo hubieran hecho, posiblemente serían unos profesionales igualmente excelentes, o tal vez no, nunca se sabe que ocurre cuando cambias las condiciones en los problemas complejos.

Me aburre oír que aprobar una oposición es garantía de algo más que de tener un puesto de trabajo vitalicio en una administración pública. Estoy harta de escuchar entre docentes de la enseñanza pública que tienen la “mala suerte” de estar en tribunales de oposición lo poco adecuado del proceso selectivo en cuanto a lo que deja ver de la valía profesional de los candidatos, hombres y mujeres con gran capacidad de sacrificio que han pasado horas y horas sentados estudiando temarios que otros fabrican, copiando programaciones para salir del paso y sobre todo, para que el tribunal no se sienta comprometido ni cuestionado. Ya, ya sé que algunas personas utilizan otras estrategias y también aprueban. Estas se cuentan con los dedos de una mano, en mi clase también había personas que sacaban matrícula de honor, y hay escritores que publican a los veinte años de edad, y tantas y tantas personas extraordinarias en tantos ámbitos de la vida... Pero, por decirlo a la manera tradicional, la excepción confirma la regla (que tiene el sentido contrario).

(Escribiendo el post recordé estos datos que me mandó en un email de propaganda una academia que se dedica a preparar a los opositores de primaria y secundaria)

Las personas que aprueban una oposición de primaria o secundaria son buenos estudiantes; o ni siquiera, pero han pasado muchos años prestando un servicio a la administración mediante interinidad. Esto último no se evalúa, no se sabe si lo han hecho bien o mal, pero cuenta siempre en positivo.

Aclaremos de una vez que en la pública podrían estar los mejores profesores, porque no tienen la presión de un despido si sacan los pies del tiesto, y los más vagos y autocomplacientes, por los mismos motivos.

Las personas que eligieron trabajar en la enseñanza pública porque creen en ella como forma de atenuar y compensar las diferencias socioculturales y económicas (para decirlo brevemente) se cuentan, en cada centro, con los dedos de la otra mano. Las personas que eligieron trabajar en la concertada, y eligieron los centros en los que trabajan porque comulgan con su ideario, podemos contarlas con los dedos de los pies.

He oído y leído muchos lugares comunes a personas a las que respeto, intelectual e ideológicamente. Y quiero hacer algunas reflexiones para ellos y ellas especialmente:

1. Todos deberíamos tener un puesto de trabajo estable, pero a día de hoy casi únicamente los funcionarios lo tienen. Porque lo ganaron, sí. Como las rentas del capital, que también se ganan: con la dedicación adecuada en el momento adecuado. No trato de desmerecer el esfuerzo que es una oposición, pero no está al alcance de todas las personas (por nacimiento, y por condición socioeconómica). Es parte del sistema de libre mercado: unos ocupan los puestos y otros no. No es la panacea, ni la garantía de que los mejores ocupan esos puestos. Sólo es justo y equitativo a la hora de medir los resultados en un mismo proceso selectivo. Y eso es mucho, pero no es nada si levantas la vista y miras un poco más lejos.

2. Defender los derechos laborales de los funcionarios públicos es tan legítimo como defender los de cualquier otro colectivo. Pero conservar esos derechos no es garantía de una buena enseñanza pública. Por favor, releed lo que habéis escrito en otras ocasiones sobre el inmovilismo y la falta de compromiso de vuestros compañeros y compañeras en vuestros centros, sobre vuestra soledad, sobre los equipos directivos... Esa situación no es diferente ahora que están retirando recursos. No sois todos y todas estupendos. No juguemos a que todos peleamos por lo mismo. La calidad de la educación no es la lucha de todos, y tiene que ver con las condiciones laborales del profesorado, pero ni son sinónimos, ni creo que sea el factor más importante.

3. Los interinos existen en todos los ámbitos de la administración. Siempre son personas que han aprobado sin plaza, o que no han aprobado, o que ni siquiera se han presentado pero hacen falta. Tiene tanto derecho a un trabajo como el resto de la población activa. Prestan un servicio, por supuesto, por el que cobran un sueldo, por supuesto, equivalente al de un funcionario el en su primer año como tal (y más que un funcionario en prácticas) Seamos serios: me solidarizo con todas las personas despedidas de sus trabajos por la crisis o por cualquier otro motivo no achacable al incumplimiento. Pero no mezclemos las cosas: que ellos y ellas vuelvan a sus puestos no es lo mismo, como reivindicación, que la petición de disminuir las ratios, respetar las horas de tutorías, o seguir invirtiendo en la educación pública.

4. Nuestro modelo de concierto educativo es deplorable, porque mayoritariamente ha servido para perpetuar la doctrina de la iglesia católica. Existen poquísimos colegios laicos concertados, con lo que la milonga de ofrecer la diversidad de idearios a través del concierto es pura demagogia. La gratuidad (salvo en la pública) también es mentira: lo saben todos los que llevan a sus hijos e hijas a los centros concertados. Y podría seguir describiendo esta gran patraña. Pero eso no quiere decir que los profesores de los centros concertados son peores que los de la pública. Es tan falso como decir que los funcionarios son todos unos vagos, y que los empleados de la empresa privada son los que trabajan de verdad. Las personas (recordemos) que ejercen en los centros concertados, como las que son empleados públicos, primero tienen que comer. No caigamos en la trampa de matar al mensajero, que ya somos mayorcitos.

5. Percibo una rotura social enorme en torno al modelo de educación, al modo de acceso, a los privilegios que otorgan (o de los que parten) las distintas formas de ingreso o contratación. Hay mucho que discutir, muchos mitos, muchas verdades bien establecidas que hace tiempo que dejaron de ser verdades... pero deberíamos tratar los problemas por separado. Porque no todo va junto. El conflicto actual en Madrid obedece al aumento de dos horas lectivas, después de una (o dos) bajadas de sueldo, y sumado a la eliminación de las tutorías (de esto, la información que tengo es mucho menos precisa, mira por donde) Para algunas personas estas medidas son un gran varapalo a la calidad de la enseñanza pública, porque es una cuenta más de un largo collar de agravios y agresiones hacia la escuela pública. Para la mayoría de las personas en las que creo y a las que quiero, esto es lo que importa. Pero no caigáis en el error de pensar que eso es lo que ha movilizado a unos compañeros y compañeras de los que hemos hablado tantas veces...

6. Por si alguien se lo está preguntando: sí, he opositado y suspendido una vez. No sé si volveré a hacerlo. El coste personal es altísimo, y aún estoy decidiendo si esa experiencia me ha hecho mejor o peor persona. Pongo en duda el sistema de acceso, y la formación inicial. Y creo que un sistema tipo MIR, con algunos años de experiencia necesarios y evaluados antes de tener posibilidad de quedarse para siempre, mejoraría a la larga las plantillas de los centros; y creo en la evaluación continua, también para el profesorado; y creo en exigir lo mismo a las plantillas, modelos de admisión de alumnado y recursos dedicados a la atención a la diversidad del alumnado para TODOS los centros financiados con fondos públicos. Creo que tenemos muchas cosas que mejorar, y muchas sobre las que discutir.

7. De nuevo por si alguien se lo pregunta: sí, mis hijos e hija han ido siempre a la escuela pública, y pelearé con uñas y dientes para defender el modelo en el que creo. Libertad, igualdad, fraternidad.

Necesitaba decir todo esto, porque me entristece ver cómo perdemos oportunidades haciendo afirmaciones falaces, hirientes o fuera de lugar. Pero no espero que estemos de acuerdo en todo.


martes, 13 de septiembre de 2011

Vision, Mission, Values





(La foto es de @Joaquin_Sevilla)

Ayer estuve en una interesante reunión en el colegio de Miguel. La convocaba el director - a través del sobre amarillo del que ya os he hablado - con el nombre de Focus Group, a 5 horas distintas consecutivas (nota 1: todas ellas en el horario de la escuela, salvo la última).

Todos los grupos estaban formados por unas 25 personas de entre el profesorado, las familias y la comunidad, además del director y el consultor que dirigía los grupos (nota 2: el consultor lo paga la escuela, porque el director considera prioritario este "proyecto").

Viene a ser algo parecido (si no exactamente igual) a la elaboración de un plan estratégico, con algunas diferencias en cuanto a los usos:

- para apuntarse a los grupos de trabajo, solo había que escribir al director un email eligiendo hora;

- toda la comunidad escolar sabía con 3 semanas de antelación día y hora de las reuniones;

- es una escuela primaria: ¿cuántos planes estratégicos de escuelas primarias conocéis?

- (esto ya no es objetivo) hay una voluntad real de elegir visión, misión y valores de forma participativa, y a ser posible, consensuada, porque, como ya he contado en alguna ocasión, la escuela es de la comunidad.


Yo asistí a la hora que me asignaron (la tercera de la mañana) y allí mismo recogí unos cuantos papeles como marco para la discusión. La duración

prevista era de 1 hora y 15 minutos, empezó con un retraso de 10 minutos y acabó 10 minutos más tarde de la hora. En la imagen de más abajo podéis ver parte de uno de los papeles, con algunos datos sobre la escuela que despertaron mi interés inmediatamente (no son datos de logros o calificaciones, que estaban en otro papel). Después entraré en detalle sobre algunos de estos datos.

Durante el tiempo de reunión, a parte de las mínimas presentaciones del facilitador y resto de la concurrencia, debíamos reflexionar y dar respuesta a cuatro preguntas, y nuestras respuestas o propuestas se recogieron en grandes papeles situados sobre la pizarra (incluyo las preguntas originales por si a alguien le parece que se pueden traducir mejor):

1. ¿Cuales son los "beneficios y desafíos" del modelo de instrucción con apoyos fuera del aula y el inclusivo?/What are de benefits and challenges to pulo out versus inclusión model of instruction?

2. ¿Qué conocéis y qué os parecen las experiencias de enseñanza-aprendizaje en esta escuela (por curso, por área)?/ Currently, what does teaching and learning experiences look like at Hawthorn? Discuss by grade level and by subject area.

3. ¿Qué características crees que tienen las experiencias de enseñanza-aprendizaje de máxima calidad (por curso, por área)?/ What does highest quality teaching and learning experiences look like? Discuss by grade level and by subject area.

4.¿Qué necesitamos hacer para proporcionar experiencias de enseñanza-aprendizaje de máxima calidad (por curso, por área)?/ What do we need to do to deliver the highest quality teaching and learning experience? Discuss by grade level and by subject area.


Me resulta imposible reproducir todo lo que se aportó, lo que se discutió, y cómo se planteaban distintas alternativas, preocupaciones, dudas… y cómo (más o menos) las personas se ajustaban al tiempo, sin monopolizar el discurso (realmente, la labor de moderación / facilitación fue extraordinariamente profesional) Una interesantísima experiencia, que no sé si es trasladable. Por supuesto, no estaban todos los que son, pero todos los que estaba, son, personas interesadas, comprometidas, con la educación de sus hijos y la de los hijos de los demás.

No todo son flores: se habló de la falta de comunicación entre la escuela (dirección, profesorado, personal administrativo) y las familias, sobre cómo mejorar esa comunicación, como base para la participación, porque es lo importante: que todas las partes estén informadas de todo lo que ocurre, de que las cosas que la rutina de cada una de esas partes no les deja ver se hagan tan visibles como lo son a los ojos de otras partes.

Por último, me gustaría hacer un repaso rápido por las cifras de la figura:

- El 42% del alumnado procede de un mismo centro de educación infantil, que integra alumnado de todo tipo en las aulas.

- Más de la mitad del alumnado recibe el desayuno y la comida gratis o a un 30% de su precio regular (primera observación absolutamente relevante)

- El 16% del alumnado tiene un "plan educativo" individualizado, IEP (corresponde a lo que llamaríamos NEES en nuestro tecnicismo) en tanto que el 19% sigue un programa para altas capacidades o alto rendimiento (segundo punto interesante: parecida proporción a ambos lados de la "normalidad").

- Un 12% del alumnado no es hablante del inglés como primera lengua, y siguen un programa adhoc (a la medida de cada uno o en grupo pequeño) para el aprendizaje y refuerzo de la lengua inglesa; el resto de horas - las que no son de lengua - permanecen en el aula en cuanto tienen un nivel mínimo

- El siguiente punto es un poco confuso y no consigo entender cómo cuadran los números, pero el dato importante (quizás el más importante de todos) es que en 15 de las 17 aulas "regulares" hay un equipo de dos o más maestros: el o la "principal", y otro u otra "de inclusión". Como ya dice la penúltima línea, se utiliza una combinación de atención fuera del aula e inclusión para los estudiantes de Discovery (altas capacidades o alto rendimiento), inglés como segunda lengua y alumnado de educación especial.

Y esta información estaba disponible (así como los resultados de los exámenes oficiales, agregados por diferentes categorías) para que entre familias y trabajadores de la escuela, incluso otros miembros de la comunidad, dibujáramos lo que nos parece que debe ser nuestra escuela, y cómo podríamos llegar a ello, sin que haya ninguna de que el lugar al que llegar, la meta, es que cada niña y cada niño, cada maestro, cada maestra, alcance lo más lejos posible.