sábado, 27 de noviembre de 2010

Sobre evaluación… ¿de quién?

Ayer vinieron las notas de mi hija. Está en 2º de Bachiller. Una suspensa: 4 en teoría y 10 en problemas… pero no hay media que valga. No importa. Importa el comentario del profesor en el boletín: “No ha estudiado la teoría”. Llevo horas pensado en una respuesta (por la cosa de que la bidireccionalidad no se limite a firmar el recibí) pero desisto, porque solo se me ocurren bordeces.

Este profesor me dio unas horas de clase en el CAP, y fue muy, muy interesante. Sé que con los chavales y chavalas es bastante comunicativo, al menos en lo relativo a los contenidos de la asignatura. Así que tengo doble decepción: no veo la utilidad de un comentario así, y además, no me lo esperaba viniendo de esta persona. Hasta el profesorado más innovador lleva una mochila cargada de malas costumbres, y tiene muuuucho que desaprender.

Esto es solo una entradilla a otro asunto más jugoso. En la entrega de boletines (uso palabras de mi hija) ”el tutor nos han soltado el rollo de todos los años: vaya decepción, creíamos que erais un grupo muy bueno, y los resultados dejan mucho que desear, este año no os podéis dormir en los laureles - y bla,bla, bla”

Como la veo un poco desanimada, se me ocurre una idea de esas que mi progenie llama “de bombero”. Al final del próximo trimestre harán la fiesta de graduación (sobre eso, ya escribiré un post, ya), y andan buscando material para sus monólogos y diálogos actuados, al modo de la entrega de los Goya.

Le propongo que utilicen ese discurso (el de las expectativas defraudadas) pero invirtiendo los papeles; que se dirijan a los profesores y profesoras del curso en los mismos términos, tratando de dar un tono jovial o jocoso al discurso, para que quede impune, como las parodias que todos los años se hacen de uno u otro docente… ¿Os lo imagináis?

“En este acto, queríamos deciros que, aunque teníamos unas expectativas muy altas sobre el grupo de docentes que se ocupa de 2º de Bachiller, nuestra decepción ha sido tremenda. Hemos pasado 5 años en este instituto, este es el 6º, y pensábamos que lo mejor se reservaba para el final… Nuestra sorpresa ha sido mayúscula. Durante estos dos trimestres, habéis trabajado poco, o eso es lo que se aprecia, puesto que los comentarios de texto, las hojas de problemas, incluso las clases, son los mismos que los del año pasado, tanto si funcionaron como si no. Las actividades siguen siendo las mismas, pese a que el año pasado el 20% del alumnado no obtuvo el título y no pudo presentarse a las PAU. En la Junta de Evaluación hemos valorado muy negativamente este hecho, y creemos que, si queréis acabar bien el curso, tendréis que hacer un gran esfuerzo. Ya tenéis edad para controlar vuestro propio trabajo, tanto en calidad como en cantidad. Esperamos que a lo largo del trimestre consigáis remontar desde el punto en el que estáis ahora mismo”

¿Suena fuerte?¿Y si se plantea este discurso hacia el alumnado, no es igual de fuerte? A mí me dan ganas de echarme a llorar, vamos.

Sin embargo, es posible que algunos y algunas recojan el mensaje, la idea de que ese continuo acoso y derribo no pasa desapercibido, es doloroso, y no persigue objetivo alguno; solo es el resultado de una terrible inercia, que lleva a comunicar, sobre todo, acerca de lo que no es adecuado o correcto, y obviando felicitar por lo que sí lo es. Qué amargura. Qué tristeza. Qué ranciedumbre. Ojalá, ojalá que, ese día, alguien recoja el mensaje, una persona más que se sume a las filas de los que creemos que el aprendizaje es más eficiente si se produce en un ambiente positivo.

En fin, que yo quería hacer un post divertido, y al final me puede mi corazón protestón.

Gracias a todos y todas las que ayudáis a este alumnado a mantenerse a flote. Yo sé que estáis ahí (ellos y ellas también lo saben) aunque sea mucho más difícil ver vuestro trabajo en el día a día. Gracias.

La foto de aquí http://www.flickr.com/photos/gracefamily/3847102600/

1 comentario:

  1. Me apunto la idea del monólogo. Y no es discurso incendiario gritarle al viento que dañan gratuitamente a nuestros hijos y no podemos hacer nada para evitarlo.

    Esta sociedad lo tiene todo para ser feliz, pero no servimos para eso, parece...

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